jueves, 13 de mayo de 2010

Podemos ocupar los primeros puestos, debemos quererlo


El miércoles pasado, Diego Forlán le dio la copa Europa League al Atlético de Madrid, algo que el Atlético no lograba desde hace 48 años. Forlán hizo los dos goles en la final contra el Fuhlam, pero antes de eso, en la semifinal contra Liverpool también había convertido dos goles que le dieron la clasificación.

Sin embargo, la idea de este post no es hablar de fútbol. Simplemente quiero destacar el hecho de como una persona puede salir adelante con voluntad, trabajo, humildad, perseverancia y compromiso. A Diego Forlán la naturaleza no le dio un gran don como lo tienen otros jugadores, que prometen muchísimo, pero se olvidan que solo con el talento no alcanza, terminando sus carreras sin pena ni gloria.

Diego Forlán no empezó bien. Desde muy joven tuvo que irse a Argentina a buscar un futuro futbolísitco, ya que aquí en Uruguay no conseguía tener su oportunidad. No es un jugador con gran talento, ni habilidoso, no tuvo esa suerte. Pero a lo largo de su carrera ha tenido un gran profesionalismo, lo que lo ha llevado a estar entre los mejores, todo fruto de su trabajo y esfuerzo.

Pienso que esto es una enseñanza de vida. Muchos se preguntan: ¿por qué la naturaleza le ha dado tanto a algunos y tan poco a otros? La verdad no lo sé, simplemente las cosas son así, pero lo que tenemos que asimilar es que eso no es relevante.

Los pocos privilegiados que tienen un gran don o talento deberán honrarlo como corresponde, porque solo teniéndolo no alcanza.

Pero debemos quedarnos con que no es absolutamente necesario que la naturaleza nos proporcione un gran talento para que nos vaya bien. Podemos llegar a estar entre los mejores en lo que hacemos, ocupar los primeros puestos, solo debemos quererlo, trabajar duro, comprometernos con humildad y perseverancia, y fundamenalmente no abandonar el rumbo ante la primera piedra que surja en el camino. Forlán es un ejemplo de ello.

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