Como la palabra lo dice "principio", no es algo tangible, no es una receta que siguiendola se construye algo sin problemas. Los principios son pautas generales que uno debe seguir siempre. Son la base de todos los métodos, técnicas, metodologías, herramientas y de la vida. Como en todos los ámbitos de la vida, los principios se tienen que incorporar a uno y no podemos desviarnos de ellos por ningún motivo, ya que si lo hacemos perdemos el rumbo de lo que seguimos y somos.
Por ejemplo, se puede tener como principio ser íntegro, es decir, pensar y actuar en consecuencia de esos pensamientos ante cualquier circunstancia y motivo. Al ser un principio es inviolable. Si en algún momento se hiciera lo contrario, primero dejaría de ser una persona íntegra, pero más importante aún estaría violando un principio.
Termino este post de reflexión con una frase de Thomas Jefferson:
"En asuntos de principios, permanezca como una roca; en asuntos de sabor, nade con la corriente".
Interesante planteo, me permito agregar que la coherencia entre los principios y las acciones del individuo hacen a la “autenticidad” del mismo. Demos, a modo de ejercicio, una recorrida por nuestro amigo Jean Paul Sartre para verificar el desarrollo de estos conceptos…
ResponderEliminarMuy buen aporte. Hice una recorrida por Wikipedia para conocer un poco más a Jean-Paul Sartre (1905-1980). Fue un filósofo, escritor y dramaturgo francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista.
ResponderEliminarEn relación al tema, hay un excelente ejemplo de su parte al que voy a hacer mención. Una situación que vivió, tentadora para no seguir su principio de integridad en pensar y actuar en consecuencia ante cualquier circunstancia y motivo: fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones.
En este caso, Sartre tuvo la oportunidad de desviarse de su principio de integridad, pero permaneció "firme como una roca". Creo que es un gran ejemplo para redondear este post.