Una vez más compartiré conceptos y extractos de un libro que leí recientemente. En este caso el libro es "Cuentos para pensar" de Jorge Bucay.
Cada vez que he compartido en este blog partes de un libro, ha sido sobre cosas que me han dejado pensando y me han hecho reflexionar. Cosas que tal vez las tenemos incorporadas naturalmente en nuestro ser, pero que ordenadas y contadas de cierta manera, al ser leídas dan una sensación de que algo en nuestro interior se abre, se ilumina, que te hacen sentir que ahora sí entendés el por qué de ciertas cosas.
Esta vez no es una excepción. La primera parte del libro me hizo sentir de esa manera y por lo tanto he decidido compartirlo aquí con ustedes.
Como indica el título de este artículo, el concepto trata de "las tres verdades". Estas tres verdades son para el autor, ideas-montañas, ideas-río, ideas-estrella.
Verdades que continúan siendo ciertas a través del tiempo y
las circunstancias.
Conceptos que no son relativos a determinados momentos, sino
a todos y cada uno de los instantes que, sumados, solemos llamar nuestra vida.
Transcribiré aquí casi textualmente lo que escribe el autor en su primer capítulo. Espero que lo disfruten tanto como lo disfruté yo.
I.- VERDADES MONTAÑA
Para poder construir nuestra casa sobre una base sólida.
Lo que es, es
Saber “lo que es, es” implica la aceptación de que los
hechos, las cosas, las situaciones, son como son.
La
realidad No es como a mi me convendría que sea.
No
es como debería ser.
No
es como me dijeron que iba a ser.
No
es como fue.
No
es como será mañana.
La
realidad de mi afuera es como es.
Este concepto puede verse como un dejo de resignación, de
postura lapidaria, de bajar la guardia.
Pero el cambio solo puede
producirse cuando somos conscientes de la situación presente. ¿Cómo podríamos
diagramar nuestra ruta a Nueva York sin saber en qué punto del universo nos
hallamos?
Sólo puedo empezar mi camino desde
mi punto de partida, y esto es aceptar que las cosas son como son.
La segunda derivación, directamente
relacionada con esta ida es que:
Yo soy quién soy
Yo no soy
el que quisiera ser.
No soy el
que debería ser.
No soy el
que mi mamá quería que yo fuese.
Ni siquiera
soy el que fui.
Yo soy
quién soy.
De paso, para mi, toda nuestra patología psicológica
proviene de negar esta frase.
Todas nuestras neurosis empiezan cuando tratamos de ser los
que no somos.
… Todo empezó aquel
día gris
En que dejaste de
decir orgulloso
YO SOY…
Y entre avergonzado y
temeroso
Bajaste la cabeza y
cambiaste
Tus dichos y
actitudes
Por un terrible pensamiento…
YO DEBERÍA SER…
… Y si es difícil
aceptar que yo soy quién soy, cuánto más difícil nos es, a veces, aceptar la
tercera derivación de “Lo que es, es”:
Vos… sos quien sos
Es decir,
Vos no sos
quien yo necesito que seas
Vos no sos
el que fuiste
Vos no sos
como a mi me conviene
Vos no sos
como yo quiero
Vos sos
como sos
Aceptar esto es respetarte y no pedirte que cambies.
Hace poco empecé a definir al verdadero amor como la
desinteresada tarea de crear espacios para que el otro sea quien es.
Esta primera “verdad” es el principio (en sus dos sentidos,
de primero y de primordial) de toda relación adulta.
Se materializa cuando yo te acepto como vos sos y percibo
también me aceptas tal como yo soy.
II.- VERDADES RÍO
Para poder calmar nuestra sed y para navegar sobre ella en
la búsqueda de nuevos horizontes.
Nada que sea bueno… es gratis
Y de aquí se derivan para mí, por lo menos dos ideas.
La primera: Si deseo algo que es bueno para mí, debería saber
que voy a pagar un precio por ello. Por supuesto, ese pago no siempre es en
dinero (si fuera solo dinero sería tan fácil!).
Este precio a veces es alto y otras muy pequeño, pero
siempre existe. Porque nada que sea bueno, es gratis.
La segunda: Darme cuenta de que si algo recibo del afuera,
si algo bueno me está pasando, si vivo situaciones de placer, y de goce es
porque me las he ganado; he pagado por
ellas, me las merezco.
(sólo para alertar a los pesimistas y desalentar a los
aprovechadores quiero aclarar que los pagos son siempre por anticipado; aquello
bueno que vivo ya lo pagué, no hay cuotas posteriores!!!).
Algunos de los que me escuchan decir esto preguntan:
¿Y lo malo?
¿No es cierto que tampoco lo malo es gratis?
¿Si algo malo me pasa no es también por algo que hice,
porque de alguna forma me lo merezco?
Quizás sea cierto. Sin embargo, estoy hablando de verdades
para mi incuestionables, sin excepciones, universales. Y para mí, esta
aseveración “me merezco todo lo que me pasa incluido lo malo” no es
necesariamente cierta.
Puedo asegurar que conozco a algunas personas a las que les
han acontecido hechos desgraciados y dolorosos que sin ninguna duda, no
merecían!!!
Incorporar esta verdad (Nada que sea bueno es gratis), es
abandonar para siempre la idea infantil de que alguien debe darme algo porque
sí, porque yo lo quiero. Que la vida tiene que procurarme lo que deseo “por mi
solo desearlo”, de pura suerte, mágicamente.
III.- VERDADES ESTRELLA
Para poder servirnos de guía, aún en las más oscuras de
nuestras noches.
Es cierto que nadie puede hacer todo lo que quiere, pero
cualquiera puede NO hacer NUNCA lo que NO quiere.
Nunca hacer lo que no quiero.
Incorporar este concepto como una referencia real, esto es,
vivir coherentemente con esta idea, no es fácil, y sobre todo, no es gratis.
(Nada que sea bueno lo es, y esto es bueno).
Estoy diciendo que si soy un adulto nadie puede obligarme a
hacer lo que no quiero hacer. Lo máximo que puede pasarme en todo caso, es que
el precio sea mi vida.
Sin embargo en lo cotidiano, en el pasar de todos los días,
los precios son mucho más bajos. En general, lo único que es necesario, es
incorporar la capacidad de renunciar a que algunos de los otros me aprueben, me
aplaudan, me quieran.
(El costo, como me gusta decirlo a mí, es que, cuando uno se
anima a decir NO, empieza a conocer algunos aspectos desconocidos de sus
amigos: la nuca, la espalda, y todas esas otras partes que se ven solo cuando
el otro se va).
No hay comentarios:
Publicar un comentario